Thursday, May 05, 2005

LAS ESTRATEGIAS DEL PETRÓLEO

Los especialistas creen que el mundo se está quedando sin petróleo. En diez años, algunos países no serán capaces de comprar electricidad. Otros países tendrán que usar la fuerza para conseguir el petróleo que necesitan. Más que nunca, Oriente Medio se convertirá en un campo de batalla. La expresión "reservas mundiales conocidas de petróleo" se redefinirá y adquirirá un nuevo significado. En el pasado, significaba "reservas de petróleo recuperables a determinado precio". Las reservas contabilizadas a 50 dólares por barril eran distintas de las a 100 dólares por barril. En la actualidad, la situación con la que nos enfrentamos es una cantidad finita de petróleo sin que importe el precio. Las reservas y el suministro serán constantes, mientras que la demanda no lo será.
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. Potencial de China e India
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Al incremento normal de la demanda se le añade que China e India han pasado a ejercer una inesperada influencia sobre el mercado del petróleo. Nadie contaba con que se convertirían en gigantes económicos. El consumo de petróleo en China aumenta medio millón de barriles por año. India no le va a la zaga.Tampoco cabe pasar por alto el extraordinario incremento del consumo en Europa del Este. Con independencia de ello, EE.UU. todavía consume uno de cada cuatro barriles de petróleo producidos. Y no toma ninguna medida para reducir este excesivo nivel de consumo. De hecho, lo último que quiere la Administración Bush es adoptar medidas que pongan de manifiesto la gravedad de la presente crisis del petróleo. La región del mundo que se verá afectada de manera más directa e inmediata por el incremento de los precios será Oriente Medio, puesto que acumula entre la mitad y las tres cuartas partes de las reservas mundiales de petróleo.
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. EE. UU. Inconsciente
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Gran parte de los problemas que asuelan hoy el mundo provienen ya de esa región. EE.UU. ya ha manifestado que se opone a la construcción de un oleoducto entre Irán e India, bien sea terrestre a través de Pakistán, bien submarino sobre el lecho del océano Índico. La construcción de semejante oleoducto consolidaría las relaciones irano-indias, y un oleoducto terrestre incluiría a Pakistán en la combinación, lo cual generaría riqueza para el aliado de EE.UU. y mejoraría sus relaciones con esos dos países vecinos. Sin embargo, por relevantes que sean tales consideraciones, para EE.UU. importa menos que un acuerdo a largo plazo de suministro de petróleo entre Irán e India. EE.UU. se opone a cualquier acuerdo que disminuya el petróleo disponible en el mercado mundial. Cuanto más petróleo esté comprometido a largo plazo, menos tendrá a su disposición. La importancia del petróleo va de la mano de la paz en el subcontinente indio. Hay una enconada discusión oculta sobre el petróleo iraquí.
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. Intereses ocultos
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Los franceses reclaman el derecho a la propiedad del petróleo iraquí de acuerdo con los correspondientes artículos del tratado Sykes-Picot, que dividió Oriente Medio en esferas de influencia después de la Primera Guerra Mundial. La reclamación británica del derecho a la propiedad del mismo petróleo se apoya en los términos de la concesión realizada a la Iraqi Petroleum Company (IPC). Incluso Rusia se arroga el derecho a la propiedad basándose en las concesiones realizadas a la Unión Soviética por Saddam Hussein. Sin embargo, las reservas iraquíes, las segundas en volumen de Oriente Medio y posiblemente tan grandes como las de Arabia Saudí, están controladas por EE.UU. Todos los contratos para la reparación y modernización de las instalaciones petrolíferas han sido concedidos a empresas estadounidenses. Algunos de los pagos a esas empresas se efectúan con petróleo. En varias ocasiones, se ha negado a empresas no estadounidenses el derecho a competir por los contratos. El problema no termina ahí. Es probable que la incipiente crisis de suministro de petróleo afecte a los planes estadounidenses de abandonar Iraq. Es probable que la crisis de suministro de petróleo confiera mayor importancia a los kurdos, que ocupan una de las regiones de Iraq más ricas en petróleo. Ello alentará las exigencias kurdas ante el Gobierno central iraquí y amenazará la supervivencia de éste, como ya sucede en la actualidad. Arabia Saudí es el tercer país cuyo futuro inmediato se verá influido por la inminente escasez de petróleo. El incómodo clima creado por las políticas a favor de la democracia de la Administración Bush estará afectado por la prioridad estratégica de garantizar el suministro de petróleo. Es probable que EE.UU. se muestre menos inclinado a impulsar reformas democráticas si esas exigencias ponen en peligro el trato preferencial que recibe de la casa real saudí. Y es probable que la situación global permita a esta monarquía absoluta posponer cualquier medida orientada a la democratización.
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. Debilidad de los pequeños
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La situación de los pequeños estados de la región es igualmente precaria. La vieja idea estadounidense de usar la fuerza para garantizar el flujo y el precio del petróleo le permite mantener su desproporcionada cuota de la producción mundial. La amenaza de una ocupación estadounidense de los campos petrolíferos es mayor que nunca. El problema más intrincado de la región, el conflicto árabe-israelí, tampoco será inmune a lo que suceda en el mercado del petróleo. Tal como ocurrió con la primera crisis del petróleo a principios de los años setenta y con la segunda a principios de los ochenta, la política proisraelí de EE.UU. puede convertirse en moneda de cambio. La garantía del suministro de petróleo se utilizará para contrapesar la influencia del grupo de presión proisraelí. El conflicto sobre quién recibe petróleo y cuánto recibe puedem uy bien acabar viendo una extraña convergencia contra EE.UU. de los importadores de ese producto estratégico. Las razones para que EE.UU. consuma menos petróleo son más fuertes que las que pretenden negarlo a otros cuyo consumo se considera razonable y proporcionado a su población y sus necesidades reales.

(Artículo publicado en La Vanguardia 14/04/2005) SAID K. ABURISH, escritor iraquí, biógrafo de Saddam Hussein. Autor de ´Nasser, the last arab´ Traducción: A. Freixa